Redacción: Maribel Pérez – www.mundotoro.com
Decía el escritor y humorista alemán Jean Paul que: ‘La memoria es el único paraíso del que no podemos ser expulsados’. De ese eterno edén que es agradecido tributo a los que dejaron una huella imborrable en la Historia -también en la Tauromaquia- parece haber sido desterrado el recordado matador de toros salmantino Paco Pallarés, a quien no se sabe muy bien por qué, el caprichoso azar de unas obras han llevado a ocultar -y casi abandonar- en un solar inóspito y lejano la gallarda escultura que se erigió en su memoria en su localidad natal, La Fuente de San Esteban.
De ese atónito, injusto y perplejo olvido da fiel testimonio el artículo de Paco Cañamero en La Glorieta Digital, en donde explica que unas obras de mejora y acondicionamiento en la Plaza del Mercado, emblemático y céntrico lugar del pueblo donde se ubicaba la figura de Pallarés, trasladaron la estatua a un solar particular en el que aún permanece meses después de unos trabajos que finalizaron la pasada primavera.
Por desgracia, no es la primera vez que ocurren atropellos como éste. Sin ir más lejos, el busto que se inauguró en Orduña en memoria de Iván Fandiño también fue ocultado en un almacén municipal de forma grotesca y avergonzante sólo 24 horas después de su inauguración.
Volviendo a Pallarés, por extraño o inexplicable que parezca, allí, en aquel solar apartado continúa el monumento de un torero que alcanzó gran predicamento como novillero y sobre todo, de quien fue un auténtico icono de la Fuente de San Esteban que llevó su leyenda taurina y el nombre de su tierra por todo el mundo. Ese monumento que es memoria viva de Pallarésdebe volver al corazón de ‘La Fuente’, de donde nunca debió salir. Al César lo que es del César…