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Una tarde que marca un antes y un después en la historia reciente de La Maestranza: cuatro orejas para Pablo Aguado, una para Morante y Roca Rey y plenitud de un extraordinario encierro de Jandilla.

Redacción: JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: PAGÉS

Una tarde para guardar la entrada la de hoy en Sevilla: un festejo que marca un antes y un después en la historia reciente de La Maestranza, Cuatro orejas paseó un Pablo Aguado que salió por la Puerta del Príncipe, una oreja se llevó el toreo artístico de Morante y Roca Rey también paseó premio. Plenitud de un extraordinario encierro de Jandilla.

PRIMERO

“Silencioso” llevaba por nombre el primero de la tarde, número 93, primero también del lote de Morante de la Puebla. El torero cigarrero saludó al animal con tres verónicas pulcras, otras tantas con más arrebato que limpieza y una media a pies juntos que levantó el olé de sus paisanos. A un toro que se iba viniendo por dentro, le pudo José Antonio a base de entrega y le sopló derechazos que calaron en la afición más por la voluntad que por la ortodoxia conceptual que profesa Morante. Y por ese lado prosiguió su labor un torero que hizo un esfuerzo en esta última tarde suya en el ciclo continuado, ofreciendo también naturales sueltos de mucha enjundia. Nunca quiso humillar de verdad el de Jandilla, yendo a menos en su viaje. El acero difuminó la entrega del sevillano. Silencio tras aviso.

SEGUNDO

Tremendo fue el recibo capotero de Andrés Roca Rey al segundo de la tarde, un animal con el que se fue a la puerta de chiqueros a recibirlo de una soberbia larga cambiada, teniéndose que tirar al suelo por la fuerza con la que le vino al cuerpo el animal. Posteriormente, hasta cinco largas cambiadas de rodillas le dejó el torero, enlazadas con faroles también de hinojos y una larga. La banda de música del maestro Tejera rompió a sonar e impresionante fue el momento. Por chicuelinas decidió Pablo Aguado hacer el toreo en el quite, rugiendo Sevilla con la disposición y el trazo del joven. Viruta destacó en el segundo tercio. A Rafa Serna fue el brindis del peruano, que enmudeció a toda la plaza por el recuerdo a su padre. “Por la amistad, por tu padre, por ti, por los momentos bonitos que hay que disfrutar en esta vida”. De hinojos también comenzó su faena Roca Rey, siendo cogido en un momento dramático pero sin consecuencias aparentes: el toro hizo por el matador como un trapo y lo zarandeó, siendo auxiliado al instante por la cuadrilla. Ya con el toro relegado a tablas, el joven tiró de cercanías y gallardía en terrenos cortos para hacer el toreo al natural, algo que consiguió. Mató de un estoconazo con el animal aculado a tablas y paseó oreja.

TERCERO

Ya demostró gracia capotera Pablo Aguado en el inicio de lidia del tercero, un primero de su lote que fue cambiante en los primeros tercios y con el que el torero hispalense derrochó torearía seda en mano. Tuvieron que tragar saliva los de plata en banderillas ante un toro que esperaba mucho y que hacía hilo nada más clavar. Ya con la franela entre sus dedos, Aguado dejó torería en un inicio de faena que pronto cantó Sevilla. A ralentí hizo el toreo el sevillano, con pleno gusto, llevando a su altura al anima y haciendo del clasicismo su máxima para enamorar a La Maestranza. Tejera sonando, el Baratillo soñando, el Arenal entregado. Y templó con parsimonia los tiempos y los embroques del animal, virtud fundamental para echarle la mano abajo en el final de la faena. Toreo carísimo… y estoconazo hasta la bola al buen toro de Jandilla. Dos orejas de golpe.

CUARTO

No quiso quedarse atrás Morante en el cuarto de la tarde y salió a entregarse capote en mano, soplándole tres verónicas de pleno gusto al animal. Y de rodillas se echó José Antonio para soplarle un extraordinario inicio de faena al animal. Inenarrable momento que hizo sonar de golpe la música. A pesar del éxtasis del momento vivido, el de Jandilla mantenía la cara arriba y, en uno de los desplantes, le pegó un derrote seco sin prenderlo afortunadamente. Tiró de tesón el torero de La Puebla y paseó la oreja tras aviso tras la estocada.

QUINTO

Decidido a redondear el triunfo salió Roca Rey a hacerle frente a un quinto que no tuvo la emoción que sus hermanos en la muleta del peruano. No rompió el de Jandilla. Parecía que se iba a mover el animal, pero finalmente no terminó de romper en la muleta de Roca Rey, que derrochó entrega por ambas manos después de brindar al cielo y pinchó en el primer encuentro. Ovación cariñosa de La Maestranza al esfuerzo de Roca Rey.

SEXTO

Excelso fue el toreo capotero en el sexto, poniendo en pie a la plaza con sus verónicas. El galleo del bú hizo Morante de la Puebla para sacar al toro del caballo y por verónicas de nuevo fue la respuesta de Aguado, sonando de nuevo la banda del maestro Tejera. Ya la primera tanda por la mano diestra presagió una gran faena del sevillano, dejando un cambio de mano de plena excelsitud en la segunda de las series en redondo. Muy recto se tiró a matarlo, cayendo un punto trasera la espada pero siendo suficiente para que cayese el animal. Puerta del Príncipe.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. No hay billetes.

Toros de Jandilla. 

Morante de la Puebla, silencio tras aviso y oreja tras aviso. 

Roca Rey, oreja y ovación. 

Pablo Aguado, dos orejas y dos orejas. 

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