Con gran entrada, los encastados victorinos mantuvieron la tensión de principio a fin y dejaron una oreja en manos de Ferrera. De Justo se negó otra pinchando y Escribano voluntarioso fue superado por las complicaciones y el viento.
Serios, como siempre, bien presentados los seis de Victorino Martín, cuatreños, excepto el cinqueño cuarto. Cárdenos todos, entipados pero con desigualdad en la romana en la cual dieron 542 kilos de promedio. Listos, de los de hacerse respetar y vender cara su vida, lema de la divisa. Atacaron siempre y murieron soberbios, resistiendo con las bocas cerradas. Pero en todo ello también con matices, teniendo por extremos del espectro en un lado al poco expresivo quinto y en el otro el bravo cuarto, aplaudido de salida y como el primero también en el arrastre. –Para estar contentos mas no satisfechos –dijo el ganadero.
Antonio Ferrera, volvió al callejón tras matar a “Petrolero” que lo exigió a morir. Tenía los ojos húmedos y cuando le preguntaron –Cómo fue –meneó la cabeza y con la voz quebrada confesó –No sé, cogí la muleta, me encomendé a Dios y al toreo… –La oreja y las ovaciones no le había borrado lo mucho que tuvo que apostar. Desde que acosado por la furia encelada en su capote, hubo de bregar a morir para parar en los medios. Josema Gonzalez le pegó duro y largo sin lograr aplacarlo. Con ese rival, el brindis a la Infanta Helena fue muy en serio. Cuatro doblones bajos, otras tantas derechas, el de pecho y a continuación media docena más por el mismo pitón que pusieron a soplar la banda. Dos tandas allá, el desarme la calló, pero la verdad de los naturales que siguieron hasta quince, la volvió a entonar. Faena de aromas antañones y gran contenido, en la que cada embestida era un albur y cada vaciar un ole de alivio. Gran toro el cinqueño, el de la corrida sin duda. La estocada cimera y sin puntilla le hizo los honores y la ovación fúnebre se los confirmó. Oreja de ley para el maestro.
El primero, había protagonizado los dos mejores tercios de lo que va de feria. Un saludo templadísimo por delantales, dos emotivas varas de largo que ganaron ovación para Antonio Prieto, y entre ellas un quite antiguo, al estribo, de chicuelinas y media. Luego Sanchéz y Valdeoro brillantes con los palos saludaron. La casta dura y correosa encontró su medida en esa tauromaquia poderosa, recursiva y evocadora de Ferrera. El toreo no es solo para los que se dejan. Qué bien. Estocada Eficaz, con largo y épico epilogo aplaudido.
Emilio de Justo, enfrento no solo con acierto y poderío las complejidades y astucias del tercero. Desde su prólogo de seis derechas genuflexas y el de pecho, que pararon en los medios al sabido, la faena se fue como la más fluida de la tarde. Tanto, que le tocaron “Gallito”, y en esta plaza. Largas y ligadas las series por uno y otro lado. Pero no porque fueran fáciles. Todo lo contrario, “Bochinchero” media, reculaba y había que tragarle un montón. La gente feliz. El debut triunfal, soñado y esperado doce años se le hacía realidad. Hasta cuando la espada dio dos veces en hueso y el aviso y la estocada pasada dejaron todo en una ovación, de gala sí, pero no suficiente. –Me duele mucho –se quejó cabizbajo.
Con el sexto que le negó todo volvió a estar muy torero y generoso, hasta el aviso. Y lo que son las cosas a este sí lo mató de una. Volverá.
Manuel Escribano, Recibió sus dos toros de rodillas frente al amplio portalón. Ambos le hicieron esperar una eternidad. El uno le arranco el capote y el mando, tras la larga cambiada. Recupero el primero, pero el segundo no. Excepto quizá en el segundo tercio, iniciado con un quiebro explosivo en los medios citado de muy largo, uno al sesgo y el tercero lento como un scherzo al violín, en tablas. Lo demás fue muletazo va, muletazo viene a un ingobernado. Pinchazo, media estocada saliéndose, y dos golpes de cruceta. –Fue imposible –declaró. Con el noblote quinto no lució ni con los palos y su inquieto y poco templado sin fin de pases desembocó bajo protestas en un espadazo letal.
Fue una tarde de toros. Estuvo también Curro con Carmen en primera fila. Majos. La mucha gente que avaló el cartel, aun sin las apoteosis de los dos últimos días se fue contenta, porque había muchos aficionados buenos.
FICHA DEL FESTEJO
Sevilla. Sábado 4 de mayo de 2019. Plaza de la Maestranza. Más de tres cuartos. 4ª de Feria. Sol y viento. Seis toros de Victorino Martín, bien presentados, en tipo, de juego diverso.
Ferrera, saludo y oreja.
Escribano, saludo tras aviso y división.
De Justo, saludo tras aviso y saludo tras aviso.
Incidencias: Saludaron Sánchez y Valdeoro tras parear al 1º.