Manzanares, distinción

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Manzanares

A tope la Maestranza otorgó una muy cara oreja del quinto a Manzanares tras elegante faena y gran estocada recibiendo. El compromiso del Juli saludó una ovación y el desmedido valor de Roca Rey otra. Defraudó el encierro.

Seis toros de Victoriano del Río, bien presentados. 557 kilos promedio. Cinqueños, segundo y sexto. Negros en diferentes versiones. Bajos de raza, justos de fuerza y fondo, sin malas ideas y de muy poco son, excepto quizá el flojo primero y el poco fiero mejor quinto. En general sosos y desacompasados. Defeccionaron y obligaron a los toreros a compensar su falta de sustancia. Solo el quinto se entregó, en tandas breves, aunque sin gran codicia.

Manzanares, halló en las fijas y cortas repeticiones del quinto que a duras penas terminaba el cuarto muletazo, el material propicio para desplegar su idiosincrasia. La distinción aristocrática de su toreo pulcro, templado, lento, sereno. Virtudes que lo han hecho niño consentido de la esteticista Maestranza. Su faena no tuvo una sola mácula.

Cuatro por alto y trinchera. Dos tandas derechas estupendas, ligadas lentamente por bajo con sus remates de pecho semicirculares que la banda celebró con bombo y platillo. Así fue también por la izquierda y otra vez por la diestra a la medida exacta del toro. No faltaba sino matar bien. Citó a recibir, y hasta los gavilanes. La petición fue tremenda y Don Gabriel Fernández Rey, quién parecía tener ya le decisión tomada, retuvo el pañuelo hasta el instante mismo del arrastre para no dar tiempo a más. Si así va a ser en toda la feria, creo que se darán muy, pero muy pocas orejas. Con el insulso segundo tramitó la cosa con decoro.

El Juli, derrochó suavidad capotera en sus dos saludos a la verónica. También en dos muy gustosas y cortas series derechas y una de cuatro naturales y el forzado con el claudicante primero, al cual despenó de una estocada. Con el cuarto se ilusionó e ilusionó a la concurrencia con cinco derechas genuflexas, uno de pecho por derecha, un cambio de mano y otro más. Pero luego la sosería cornúpeta le pudo y el espadazo corto saliéndose de la suerte silenció.

Roca Rey, se llevó del deslucido encierro los más estultos. Cuando con el negado sexto, que no pasaba, la corrida se le iba sin haber impreso su huella, él se le fue encima, le metió la cintura entre los finos pitones halándolo pa´llá y pa´cá, impertérrito, y así, largamente, en los medios, lejos de todos, dejando que las puntas recorrieran su traje de luces y haciendo mascar el miedo a los demás. Un alarde valeroso que puso al borde de un ataque nervios e hizo chillar a unos cuantos estilistas. El volapié fue veraz, la estocada completa, pero desprendida y la ovación sincera y ganada con cojones.

Corrida de postín con mucha gente notable entre la multitud que copó la plaza. Los toreros abandonaron el histórico ruedo aplaudidos. No así los arrastres.

FICHA DEL FESTEJO

Sevilla. Plaza de la Real Maestranza de Caballería. Domingo abril 21 de 2019. Nubes. Lleno de no hay billetes. Seís toros de Victoriano del Río, bien presentados, noblotes desrazados y a menos.
El Juli, saludo y silencio.

Manzanares, silencio tras aviso y oreja.

Roca Rey, silencio y ovación tras aviso. 

Incidencias: Saludaron Daniel Duarte y Luis Blasquez tras parear al 2o.

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