‘Solo y exclusivamente me dedico a trabajar cada día para defender los intereses de aquellos diestros que confían en mí para estar a su lado’, dice Matilla.
Toño Matilla, en un comunicado remitido a esta redacción en la mañana de este martes, expone su realidad sobre lo difundido en diferentes medios en los últimos días e invita a Alejandro Talavante, «al que admiro y respeto profundamente» a pronunciarse «si lo que digo es falso». El comunicado íntegro es el siguiente:
En referencia a las publicaciones aparecidas en los últimos días sobre mi persona en diferentes medios de comunicación, y ante las supuestas acusaciones que intentan dañar la honestidad y profesionalidad con la que he intentado trabajar durante toda mi trayectoria profesional, he de decir que se han publicado falsedades e informaciones no contrastadas por todas o algunas de las partes. Por ello y con el máximo interés de que se conozca la verdad expongo:
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No tengo poder, capacidad ni deseo alguno de “boicotear” la carrera profesional de Alejandro Talavante ni de ningún otro torero. Solo y exclusivamente me dedico a trabajar cada día para defender los intereses de aquellos diestros que confían en mí para estar a su lado.
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Yo decido concluir la relación profesional con Alejandro Talavante -al que considero un grandioso torero- en Granada el día 1 de junio después de queme exigiera, no un aumento de 15.000 euros en sus honorarios por cada actuación como se ha publicado en los últimos días, si no que sus emolumentos se vieran incrementados hasta facturar “más que el que más”, argumentando que él era “el mejor, el número uno”. Tras intentarlo de forma fallida en alguna ocasión, consideré que yo no podía conseguir lo que él exigía y di por terminada la relación profesional que nos unía. No podía defraudarle ni a él ni a mí mismo. Modestamente pienso que “el número uno” ha de reflejarse en taquilla, y él no lo era.
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Antes, el 28 de mayo me pidió deshacer todos los contratos ya firmados y renegociar sus honorarios según su nueva consideración. Intenté conseguir la satisfacción de sus pretensiones pero el primer intento en referencia a su actuación en Pamplona fue completamente frustrado. Me vi obligado a solicitar a la empresa gestora la renegociación del contrato a 24 horas de dar a conocer los carteles oficiales de la Feria de San Fermín. La empresa me manifestó que ya en otras ocasiones había sucedido algo parecido con el mismo torero. Y él lo sabe.
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Antes de torear en sustitución de un compañero en Las Ventas durante la Feria de San Isidro -de cuya negociación me encargué yo mismo- dejé ya firmada su contratación para San Isidro de 2019, de la cual él posee todos los documentos.
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Alejandro Talavante era perfecto conocedor de que en el momento de nuestra ruptura profesional, tras su triunfo en Las Ventas (Madrid), teníamos contratadas corridas de toros con fecha, ganadería, carteles y honorarios. El 8 de mayo le transmití de forma verbal ante testigos presenciales, y por escrito, esta información que él mismo aprobó. Y él lo sabe.
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Se quedó fuera de la Feria de Valladolid porque el propio torero imponía torear una corrida de toros que había comprado él mismo –algo completamente inusual- de la ganadería de Núñez del Cuvillo. La empresa de la plaza de toros de Valladolid, de la cual formo parte, le respondió que ya había ganado adquirido para tal fin y no podía aceptar su propuesta. Aún así, y habiendo llegado a un acuerdo económico, estuvimos esperando casi una semana respuesta de su parte para la contratación. Finalmente declinó participar. Y él lo sabe.
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Sobre su actuación en la Feria de Otoño de Madrid, es completamente falso que yo haya solicitado a la empresa Plaza 1 que no lo contratara. Es una absoluta difamación.
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Alejandro Talavante actuó en la plaza de toros de Zaragoza, en la despedida de Juan José Padilla, el pasado 14 de octubre. Obviamente no existió boicot alguno. Aun así, no esperó a anunciar su retirada si quiera un día, por respeto a un hombre, a un torero, a un compañero que lo merecía y se lo había ganado en el ruedo a lo largo de su carrera.
Alejandro Talavante actuó en la plaza de toros de Zaragoza, en la despedida de Juan José Padilla, el pasado 14 de octubre. Obviamente no existió boicot alguno. Aun así, no esperó a anunciar su retirada si quiera un día, por respeto a un hombre, a un torero, a un compañero que lo merecía y se lo había ganado en el ruedo a lo largo de su carrera.
Invito a todo aquel que lo desee a corroborar toda esta información con las empresas gestoras de las plazas de toros de Madrid, Bilbao, Pamplona, San Sebastián, Almería, Salamanca, Logroño, Valladolid, Palencia, Huesca, El Puerto de Santamaría y Colmenar Viejo; y estas otras a las que ya habíamos remitido los contratos para firma también antes del fin de nuestra relación de apoderamiento: Granada, Santander, Gijón, Zamora, Dax, Mont de Marsan, León, Segovia o Alicante, entre otras.
E invito a Alejandro Talavante, al que admiro y respeto profundamente, a que se manifieste en primera persona públicamente si la información que estoy exponiendo no es cierta.
A lo largo de mi vida he trabajado duro para defender los intereses de todos los toreros a los que he tenido la enorme suerte de representar. Miguel Baez ‘Litri’ (12 temporadas hasta su retirada), Raúl Gracia ‘El Tato’ (más de 10 temporadas hasta su retirada), Finito de Córdoba (12 temporadas), Juan José Padilla (18 temporadas hasta su retirada), David Fandila ‘El Fandi’ (14 temporadas), José María Manzanares (12 temporadas). Todos ellos toreros a los que tengo la obligación de agradecer todo lo que me han aportado y enseñado en todos estos años.
Estoy enormemente satisfecho y orgulloso de haber ayudado también a Alejandro Talavante en una etapa concreta de su carrera -la facturación del torero aumentó en un 44% de 2015 a 2017, última temporada completa en la que trabajamos juntos-.
Amo y respeto la Tauromaquia. He dedicado mi vida y sacrificado mucho tiempo junto a mi familia por este trabajo que tanto me apasiona y en el que tanto tiempo invierto.
Admiro, respeto y tengo los mejores deseos para absolutamente todas aquellas personas que día tras día se enfundan un traje de luces y ponen en riesgo su vida delante de un toro.
Como todo ser humano habré cometido errores y aciertos a lo largo de mi vida profesional. Siempre he aceptado y acepto con buen talante y espíritu de aprendizaje todas las críticas. Por ello, si alguna vez en el cotidiano ejercicio de mis funciones alguien se sintió ofendido pido disculpas públicamente.
Siempre me he mantenido al margen mediáticamente porque considero que el gran protagonismo en el mundo de la Tauromaquia deber ser para los toreros que libremente se juegan la vida cada día con enormes mérito y honor.
Deseo, más que por mi propio bien por el de la Tauromaquia, que este asunto quede de este modo zanjado y deseo la mayor de las suertes a Alejandro Talavante.
Toño Matilla