Roca Rey sobre todo

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Roca Rey llenó el ruedo, pero no la plaza. Tras mandona faena con un áspero huidizo cortó las dos orejas y abrió por primera vez en esta feria la puerta grande de Vistalegre. Desrazados los de Victoriano. 

BILBAO 7ª DE LAS CORRIDAS GENERALES La tarde se hundía sin esperanza por el descaste  soso de un encierro desigual y bajo mínimos para la plaza. El sexto fue recibido con protestas por supuesta falta de remate, era negro salpicado, cornialto, cuatreño y con 557 kilos. Atacó el capote con más rabia que celo pero los nueve lances ligados a pie firme le hicieron sentir autoridad. Fueron cuatro verónicas, cuatro chicuelinas, y una gran media. El tendido también sintió el peso de la verdad.

Juan Manuel Quinta parodió la suerte de varas con dos picotazos recibiendo y marcando bien, pero no castigando. Un quite apretadísimo de cuatro saltilleras, una gaonera y una fregolina hicieron olvidar el tercio no cumplido.

Tras tres pares de banderillas no muy combativos, el brindis al público, repetido en la tarde no solo pareció excesivo sino aventurado. “Despreciado” justificaba las dudas y su peyorativo nombre. Remolón fue a los cinco estatuarios ayudados por alto y luego, huyó descarada y largamente dos veces a sendos muletazos. Persecución, y nadie daba nada por un final feliz a otra tarde frustrada en la histórica plaza. Cuya media entrada lucía lógica y tal vez mucha a esa alturas.

Nadie apostaba nada. Nadie, menos el joven limeño. Lleno de confianza en si mismo, porfió, mandó y obligó. Poco a poco fue capturando al escapista, reteniendo sus acometidas geniudas en la muleta. Cinco naturales y el de pecho. Una derecha y otra huida. Pero seis derechazos halan de los arreos que aun amagan rajada. Era una lucha del tesón contra la renuncia. Promediando ya la larga lidia otra tanda diestra y dos más izquierdas, bajas y templadas logran someter definitivamente al imposible. El toreo había ganado y el público de pie y la banda lo cantaron a pulmón.

Faltaba bravura, sí, pero no emoción. Porque cada embroque era incierto, una moneda al aire. El aguante sembrado pronosticaba que cuando el mando se perdiera la cogida vendría sin remedio. Eso valoró todo. El sitio, la decisión, el poder, la convicción y la honradez indiscutibles. Una y otra vez.

Ya dueño de todo el peruano se acunó, se explayó y llevo al domado pa´lla y pa´cá sin enmiendas y entre ovaciones. Media docena de bernadinas descarrilando el viaje con los pitones encima, un cambiado y uno de la firma, igualaron.

Pinchazo arriba y el aviso justo pues la faena duró. No habría premio, tradujo la exclamación desencantada. Pero el torero volvió a contradecir los pronósticos. Sin demora, un estocadón en la cruz, a volapie rodó al toro, desatando una petición multitudinaria y rugiente. Don Matías González no se lo pensó mucho. Faena de poder, lidia torera debió aducir cuando sacó los dos pañuelos blancos, primeros simultáneos de la feria.

El arrastre fue ovacionado. Méritos ganados con camándula ajena. Pero no era momento ajustar cuentas. Roca Rey daba la vuelta triunfal y todos los que ya había perdido la esperanza, incrédulos y felices. Felices con él. Se lo llevaron a hombros iba serio, y saliendo exigió que le aproximaran a la estatua de Iván Fandiño ante la cual se santiguó. Al tercero pudo haberle quitado otra oreja pero no atino el acero.

Castella y Garrido, no tuvieron el mismo éxito con sus lotes aunque recibieron sendas ovaciones a sus empeños. A la salida, el ganadero Victoriano del Ríose declaró “satisfecho”, y después, quizá viendo las caras sorprendidas de quienes le oían, agregó —no tanto, claro, siempre falta algo. –Mucho diría yo.

 

FICHA DE LA CORRIDA

Bilbao. Viernes 24 de agosto 2018. Nubes. 7ª de las Corridas generales. Menos de media plaza. Seis toros de Victoriano del Río, y un 2º bis de Encinagrande, desiguales por lo bajo en trapío y raza. Aplaudido el aspero y a más 6º.

Sebastián Castella, saludo tras aviso y silencio.

José Garrido, palmas y saludo.

Andrés Roca Rey, saludo tras aviso y dos orejas tras aviso.

Incidencias: Al final de la corrida Roca Rey salió a hombros. Saludó Rafael Vioti tras parear al 4º.

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