SOGAMOSO: EL TORO… REY DE LA FIESTA

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Redacción: Héctor Esnéver Garzón Mora – Enelcallejon.webnode.es – Web Aliada

Gran banquete taurino, en la medida que fueron saliendo los Juan Bernardos por chiqueros, la esencia del encierro subía como espuma, cada uno encajaba otra buena virtud en el trascurso de la lidia, además Ramsés y Luis Miguel Castrillón abrieron la puerta grande… ¡Qué Fiesta!

Sogamoso – Colombia. Este viernes 20 de julio en la ciudad de Sogamoso se conmemoró los cincuenta años de existencia de la Plaza de Toros “La Pradera” con una corrida que pasará a la historia como la más completa por el comportamiento del encierro de Don Juan Bernardo Caicedo, pues todo los astados, en diferentes matices, dejaron entrever el buen simiente de bravura con el que goza este hierro nacional. Es de admirar la regularidad que ha tenido esta dehesa en las últimas temporadas, pues haciendo memoria a los sucesos recientes, la calidad de los encierros de Cali el año pasado en su cierre de feria, las dos tardes en la Santamaría de Bogotá y ahora lo visto en el albero de la tierra del sol y del acero, evidencia que el concepto y buen criterio, sumado a la buena toma de decisiones, están dando resultado en cuanto a bravura y comportamiento se refiere, el trapío, como para redondear el concepto, desde hace muchos años por cuenta genética ya está definido, no tiene tacha.

Los toros de Don Juan Bernardo Caicedo en Sogamoso engalanaron la conmemoración de “La Pradera” sin ninguna duda, fueron bien presentados al individual, desiguales en conjunto y trajeron en su comportamiento diferentes matices de bravura, es curioso afirmarlo de esta manera, pero en la medida que fueron saliendo por los chiqueros, la esencia del encierro subía como espuma, cada uno encajaba otra buena virtud en el trascurso de la lidia, nobleza, fijeza la constante, mucha clase en algunos como el negro marcado con el número 842 corrido en cuarto lugar, encastados como el castaño requemado marcado con el número 918 y humillando sin medida como el que cerró la tarde, ese toro negro al que Luis Miguel Castrillón le cortó las dos orejas. Una sumatoria muy positiva, no solo para los ganaderos, sino para todo lo que compone la liturgia del toro bravo, que definitivamente ha sido, es y será el Rey de la fiesta.

Ramsés (Terno sangre de toro y oro) mostró su veteranía, manejo en sus dos comparecencias los conceptos de interpretación que lo han caracterizado, su virtud más destacada en esta presentación la constancia, el querer ser, el ir a mas, a la postre fue el triunfador de la tarde porque cortó tres orejas, uno al buen jabonero que abrió plaza y dos al cuarto de lidia ordinaria que trasteo con donosura.

Sebastián Ritter (Terno azul rey y oro) definitivamente tiene esa cualidad necesaria en un torero, valor… que forma de aguantar, pisar terrenos que casi muchos no se atreven a pisar por dar ventajas al oponente, doblarse con los astados para desvelar sus condiciones de manera más pronta y la seriedad con su profesión, se fue de vacío por lo pesado con la tizona.

Luis Miguel Castrillón (Terno azul marino y oro) tiene su sello propio, la elegancia que imprime en cada oficio, su caminar por la plaza, en el último de la tarde encontró tan lleno de virtudes a su oponente que sin perder su estética de hinojos interpretó en arte de Cuchares y luego hilvano una faena con bastante contenido, llevándose al esportón dos orejas y el crédito para acompañar a Ramsés en la salida por la puerta grande.

Ficha del Festejo:

Sogamoso (Boyacá) – Corrida de Feria – Conmemoración 50 años de existencia del coso La Pradera – Toros de la ganadería Juan Bernardo Caicedo bien presentados al individual, desiguales en conjunto con diferentes matices de bravura. Ramsés: Oreja y Dos orejas. Sebastián Ritter: Ovación y leves palmas. Luis Miguel Castrillón: Silencio con tres avisos (el tercero sonó cuando el toro dobló) y Dos orejas. Incidencias: Wilson Chaparro “El Piña” fue apretado contra la barrera al intentar montar el olivo a la salida de un par de banderillas, por fortuna sin nada que lamentar. La reflexión es: ¿dónde estaba quien debía guardar esa salida?, el buen “Piña” siempre cuida a sus compañeros en esos menesteres.

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