Antes Fue Así

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Una ofensiva, mansa y muy dura corrida de Dolores Aguirre, impone una gesta torera. Saludaron ovaciones Pinar, Venegas y por partida doble Gómez del Pilar. El valor fue la tónica de la tarde. 

Corrida no apta para melindrosos. La versión del toro sobre la cual el toreo construyó su epopeya en los siglos fundamentales (y de la cual vive hoy). Corpulencia, leña, malgenio y uso de su legítima defensa. Era que los iban a matar, y los mataron. A la mayoría muy honorablemente, lo cual engrandeció las lidias y agradeció la afición. Y qué de lloriqueos y lamentos. Que no se dejan, que no son obedientes, que así es imposible.

El temido hierro de Dolores Aguirre Ybarra en las ancas de seis negros cuatreños, con 608 kilos de promedio. Mansos y broncos. Huidos en todos los tercios. Más de los caballos. Picados, cazados a contra y a favor de querencia. En las diez de últimos algunos recargaron y uno tumbó. Ante las muletas arrearon indóciles, rudos y amenazadores. Cotizaron mucho el estar, y más el quedarse ahí. El primero que repitió con mayor franqueza fue ovacionado al arrastre. El segundo dividió las opiniones y los cuatro finales fueron pitados. El toro siempre tiene la culpa.

Pero los espectadores hasta los “tele”, estuvimos en tensión todo el tiempo (el miedo es emoción taurina básica). Aburrimiento cero. Palmas muchas. Estoy seguro que los grandes revisteros del diecinueve hubiesen redactado ditirambos con lo acontecido. Pero qué vamos a emborronar nosotros, pobres escribidores modernos exégetas del “toro artista”, criados en el toreo light. Que los tres de hoy se portaron como quien son, como toreros legítimos.

Rubén Pinar, oficioso, capaz y valiente. Aguantó mucho, tragó más y acertó siempre, salvo en la suprema, cuando era imperativo.  Dos pinchazos cuarteando y estocada delantera para gran ovación. De haber atinado en corto y por derecho tendría una oreja de valía. O dos. Al cuarto, “Pitillo”, 640 kilos y una descomunal cuna, que rehusó y escapó en todos los tercios, le buscó siempre la cara con decisión y le dio los honestos muletazos que había que darle. Mas no la muerte debida. Pinchazo bajo y bajonazo feo, lo cual borró los méritos alcanzados con tanto riesgo.

José Carlos Venegas, el menos experimentado, no lo demostró. Fiero y violento el segundo, de salida le arrancó el capote. No se arredró, le plantó cara y pañosa en mano le obligó en dos tandas de cuatro y cinco muletazos tomados con furia rebrincada y revoltosa, muy aplaudidas. De allí en adelante una reyerta de cantina. Muletazo va, pitonazo viene hasta el tercio. Le puso fin una espada completa, deprendida, letal, tras la cual el animal lo buscó en  la última arremetida que terminó espectacularmente patas arriba en los medios.

El quinto hizo cabalgar duro a los dos picadores. Midió a los banderilleros y avaló dos veraces pares de David Adalid quien saludó. El de Beas de Segura le pudo ligar tres doblones majos, dos series derechas y ante la inmovilidad, dos de pitón a pitón y una estocada tendida. Saludó con razón las dos veces.

Gómez del Pilar, Se dio el lujo de esperar su dos monumentales a porta gayola de rodillas. El tercero le ignoró, tomando las de Villadiego. El sexto, 634 kilos y qué cuna pavorosa, sí arremetió a la larga cambiada que salió emotiva. El uno armó un petardo negándose a las varas, el presidente negándose a las banderillas negras y el siete clamándolas reglamento en mano. Nada, pasó crudo impunemente. Hizo sudar la gota a los banderilleros y sin embargo el madrileño echó p´alante, como toda la tarde. Fue una pelea digna la suya. No la del dolores. Persiguiendo, apostándole, pudiéndole y matándole fulminantemente. Trató de repetir la gesta con el sexto, pero la gente, quizás exhausta de sustos le rogó abreviar. Pinchó abajo y descabelló sin estoquear. Sin embargo, de salida tuvo que saludar montera en mano una ovación al valor y la honradez toreras.

Me imagino lo que los delicados dirán de la corrida. A mi me remontó a mis lecturas de las épocas heroicas que me hicieron aficionado. La lidia con toros “imposibles” adquiere dimensiones épicas. Antes fue así.

FICHA DE LA CORRIDA

Madrid. Domingo 27 de mayo 2018. Plaza de Las Ventas. 20ª de San Isidro. Nubes y viento. Dos tercios de aforo. Toros de Dolores Aguirre, bien presentados y armados, 608 kilos promedio, mansos y broncos.

Rubén Pinar, saludo y silencio.

José Carlos Venegas, palmas y sudo.

Gómez del pilar, saludo y saludo.

Incidencias: Saludó Adalid tras parear al 5º.

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