Redacción: Javier Fernández-Caballero – Cultoro.es – Web Aliada – Foto: Sara de la Fuente
Y decidió Pepe Moral comerse el mundo al natural, darle bocados por la izquierda a este rito ancestral para gritar con su toreo que quiere vivir de esto.
Sevilla – España. Y decidió Pepe Moral comerse el mundo al natural, darle bocados por la izquierda a este rito ancestral para gritar con su toreo que quiere vivir de esto. Decidió que la tarde era hoy, echando abajo cualquier sino para imponer su verdad a dos de Miura y en su Sevilla. Como un año antes. Y su plaza, la que lo vio crecer, la del Corpus que lo resucitó, la que lo vio crujirse de toreo en la caldera africana que es el estío hispalense, vibró este domingo bajo la lluvia con su eterno natural, el pase que Pepe eligió para comerse el mundo.
Porque poco le importó la amenazante cara del segundo para echarle suavidad a su capote y entregarse muleta en mano con la zurda. Poco le importó que no sonase Tejera porque la música callada de su toreo era la mejor sinfonía a las ocho menos veinte. Poco le importó que fuesen de uno en uno, y poco le importó que no se abriese el toro en el viaje porque ya estaba su compostura en la interpretación para pulsear las dificultades que planteaba. Poco le importó, también, que se derrumbase por su justo poder al obligarlo. Poco le importó porque había decidido Moral que la tarde era hoy.
Por eso se plantó con la sonrisa genuina de quien sabe que tiene el futuro en sus manos, con la sencillez de quien aprendió el arte gitano de quien no lo fue pero lo parecía y con el tronío de quien es ya torero de Sevilla por la gracia de sus naturales. Los que también le sopló a su segundo: Suspiros de España para la ejecución encajada, la proposición apuesta y la colocación de los pies ardientes. Le dio el pecho en los desplantes, le administró con excelsitud terrenos y tiempos, rigió la búsqueda del pitón contrario para ofrecerle los avíos con sinceridad y gobernó los tiempos, los trazos y las formas para componer todo un poema en diez minutos. Y se entregó Sevilla.
Alguna vez le tiene que salir cara la moneda a un torero como Escribano que la tira sin cesar. Porque fueron cuatro las veces que se fue a la puerta de chiqueros esta tarde y cuatro decepciones ovacionadas por Sevilla las que se llevó el de Gerena. No merece este momento en lotes el que a punto estuvo de dejar este mundo mientras se entregaba a la liturgia, y será la justicia del propio toro -animal, que no sistema- la que le devuelva las opciones porque tiene Madrid por delante.
Mientras tanto, muchas plazas le quedan a los morros toreros de Moral por descubrir si ese toreo al natural le sigue repitiendo al ritmo de su temporada. Porque le ha salido cara la doble cita maestrante al torero que hace un año se tragaba las horas entrenando en la soledad de una antigua fábrica para soñar lo que ahora está viviendo. Lo sigue haciendo, pero ya comiéndose el mundo por la izquierda, que es la mano de los millones.
Ficha del Festejo
Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. 14ª de abono. Corrida de toros. Seis toros de Miura, el quinto como bis. Zorrón y peligroso el primero; con duración un segundo con teclas; venido abajo rápidamente el tercero; con duración un cuarto también con teclas; peligrosos quinto bis y sexto. Manuel Escribano, ovación, ovación y vuelta al ruedo. Pepe Moral, oreja, oreja y silencio.