4ª MANIZALES: TRAPÍO EN LOS CAICEDO, FAENA DE CASTELLA AL BRAVO DE LA TARDE

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Redacción: Tomás Mondragón Ortiz

Manizales – Colombia. El ganadero Juan Bernardo Caicedo trajo a Manizales un encierro de gran trapío, cuajo, pitones, peso y armonía presentaron los estados. De juego dispar, y poca casta en los finales, salvo el primero, un toro bravo que terminó malogrado en su mano derecha.

El torero francés le instrumentó suaves y acompasadas verónicas a un emplazado astado, que tenía poca fuerza y derrotaba arriba al final del viaje. Tras una buena vara, que fue aplaudida por el público que llenó la Monumental, el toro se fue a más humillando y persiguiendo con codicia en las banderillas en las que saludo Viotti. Estatuarios pasándolo por alto, conduciéndole con mando a los medios. Toro bravo, que repitió con casta las primeras dos tandas de largos y templados derechazos. Los naturales de Castellá fueron excepcionales, punceó y tocó hasta tres veces para darle profundidad. Una nueva tanda de derechazos rematando en redondo causaron hilaridad, la música le acompañó, los oles fueron largos y sonoros, infortunadamente el toro se dañó su mano derecha y comenzó a destemplarse y a defenderse, sin  restarle mando y temple al de Béziers. La estocada le privó del triunfo y de la puerta grande, culminando en una cerrada ovación que saludó. Su segundo no tuvo transmisión, cara alta y tablas, un manso que no tenía posibilidades.

José Arcila, tras cinco vueltas al trote, muy abanto, sujetó con suaves verónicas al ejemplar que se rebosaba en el capote, humilló con clase. El toro se apagó pronto, el colombiano disfrutó los pocos instantes en los que por ambos pitones se empleó el ejemplar. Tenía la oreja pero el pinchazo lo dejó todo en un saludo desde el tercio.

Su segundo, bravucón, de pocos embestidas claras, porfió en vano, buscó dos veces matar sin muleta para no irse con la pena de no tener el toro que quería para triunfar.

Muy maduro, sereno y pausado estuvo el peruano Andrés Roca Rey, variado en la capa, suave y templado, instrumento un gran quite de ovación por parte de la parroquia. Con un picotazo y el toro se apagó, buscó las tablas, voluntad y valor, se sumaron a una faena en el tercio, que tuvo además entrega y toreros sobria. Su sexto y sexto bis, fueron cambiados, uno por un golpe fuerte en un ojo y el otro sabrá el presidente su decisión. Las circunstancias hicieron saltar al ruedo a sexto tris de Santabárbara. Juguetón algo distraído, de pocas claras y largas arrancadas, que permitieron al peruano lucir y convencer, suave y mandón, siempre templado sin guardarse nada y aguantando mucho. Arrancó la música y la oreja con una estocada regular que el público y el palco otorgaron.

Hoy se cierra la feria con la expectativa en los Gutiérrez y el mano a mano de Ponce y el Juli.

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