JUANGUI: UN NUEVO BOLÍVAR

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Redacción: Juan Guillermo Palacio

Trece años después de haber tomado su alternativa, Luis Bolívar se reinventó como torero. Justo cuando parecía que su carrera entraba en fase terminal, su tauromaquia ofrece nuevas manifestaciones.

Manizales – Colombia. Trece años después de haber tomado su alternativa, Luis Bolívar se reinventó como torero. Justo cuando parecía que su carrera entraba en fase terminal, su tauromaquia ofrece nuevas manifestaciones y aristas que provocan un renovado interés de verle torear. Las casas Mody’s, Fitch Ratings y Standard & Poor’s, y otras firmas calificadoras de riesgo, acaban de elevar su calificación en el mercado internacional.

Bolívar comienza a cosechar los kilómetros andados. Se ha forjado con las corridas más duras. Me recuerda el crítico Jorge Arturo Díaz, la versión criolla del tendido 7 de Madrid, que Bolívar es el único torero colombiano que ha enfrentado, en un número considerable, a los toros de Miura, Cebada Gago y Victorino. Ese bagaje, que es un capital inmaterial, comienza a revolcar su otro yo para ofrecer un torero con ideas más claras y cambios técnicos y tácticos bien justificados que hacen que verle torear concite mayor interés y satisfacción.

La ganadería de Dosgutiérrez es considerada una de las duras en el reducido circuito nacional. Tradicionalmente echa toros de más cornamenta y un femenino muy desarrollado. Ante ellos Bolívar dejó clara su nueva dimensión, primero ante un ejemplar suelto y peligroso al que le robó series gracias a un inteligente juego de movimiento territorial. El toro apretaba hacia las tablas y Bolívar le siguió el juego alternando pases cambiados (hacia los adentros) y derechazos (siempre hacia los adentros) justo en los lugres donde el toro se sentía más a gusto.

El segundo del lote tuvo dinámica por ambos pitones. La condición de ambidiestro en los toros no es muy común. Este era efervescente por  el derecho y con cierta clase y fondo por el pitón de la ideología más social. Lo exprimió con la misma ebullición y parsimonia que merecían las embestidas de cada pitón. Una faena de matices y emociones que culminó con una estocada tan fulminante, que tiene a los estadistas Germán Bernate y Rey Buitrago discutiendo cuántas décimas de segundo tardó el toro en morir.

Para ser honestos, el encierro de Dosgutiérrez, salvo el cuarto, fue manso, suelto y reservón. En ese lago de mansedumbre se ahogó otra vez Alberto López Simón y su personalidad bipolar. Su lote era infumable, es cierto, pero el de Garrido también. El torero de Badajoz, en cambio, con toques permanentes, cruces al pitón contrario y mando, pudo construir una faena al tercero capaz de inspirar sensaciones de respeto y de emoción.

La Feria de Manizales, como ha sucedido siempre, comenzó a gravitar desde el primer festejo en la tradicional órbita geoestacionaria del éxito. Esta vez gracias a Luis Bolívar, un torero cuya tauromaquia se llena de sentidos cuando se pone a prueba ante la adversidad.

Ficha del Festejo

Temporada 63 de la Feria de Manizales. Domingo 7 de enero del 2018. Primera  corrida. Cielo nublado y despejado. Casi lleno. Se lidiaron toros de Dosgutiérrez (encaste Murube y Santa Coloma), disparejos y algunos por fuera de tipo. De juego también desigual: mansos los dos primeros y los dos últimos; gran toro el cuarto, premiado con la vuelta al ruedo, y el tercero que terminó rompiendo gracias al tesón de José Garrido. Luis Bolívar: palmas tras aviso y 2 orejas. Alberto López Simón: 2 avisos y 1 aviso. José Garrido: 1 oreja y silencio.

La Feria de Manizales continúa hoy 8 de enero con toros de Santa Bárbara para Juan Bautista Jalabert (debutante), el colombiano Ramsés y Ginés Marín.

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