Redacción: Tomás Mondragón Ortiz
Cali – Colombia. El triunfo de nuestro nuevo torero colombiano Guillermo Valencia, abrió la tarde con el único ejemplar que cumplía en presentación y que tuvo la nobleza y codicia suficientes, para permitirle repetir las embestidas, bien aprovechadas por ambos pitones.
Las dos orejas y puerta señor de los cristales, fueron el premio a su actuación y dedicación.
Había que respetar primero el triunfo, pero con mucha tristeza lo digo, que mal día para la fiesta brava hemos vivido en la tercera de abono de la temporada Taurina en la ciudad de Cali.
Toros mal presentados, injustificables desde todos los lados, el del ganadero, los veedores, la empresa, la Junta técnica. Dónde estuvieron en estos meses?
Tiene una corrida más y por los visto en los corrales, cumple en presentación, trapío y peso. Hoy será otro día, pero ha quedado demostrado que Las Ventas del Espíritu Santo, no tenía dos corridas de toros, tenía una y con un par de reservas, no más.
El que insistió en decir que había dos y el que le creyó tienen la misma responsabilidad, o mejor irresponsabilidad.
En el peor momento llegó esa corrida del maestro César Rincón, celebración de 60 años, la búsqueda de la afición y la lucha que está intentando dar la fiesta brava, con esos argumentos será mucho más complejo.
Colaborar, poder tener las figuras o aún si lo visto no llegó al final como se esperaba, no justifican lo que hicieron.
Nunca debieron llegar cuatro de esos toros al Cañaveralejo, jamás debieron salir de la finca, jamás llegar a los corrales, y menos pasar con el visto bueno de la Junta técnica.
No debimos ver nunca en el ruedo, lo que algunos vimos horas antes, y otros meses antes, alguien debió parar esa cadena de errores, como inocentada les salió muy bien, pero acá, en el toro, no me hablen de santos inocentes.