Redacción: Javier Fernández Caballero – Cultoro – Web Aliada – Emilio Méndez
El novillero venezolano cortó dos orejones con mucha fuerza al quinto de El Parralejo, precisamente esa virtud que le faltó a la novillada; un trofeo generoso para Marín y actitud sin espada de Toñete
Pamplona – España. Arrancaba en el atardecer de este miércoles la feria del Toro de Pamplona con la tradicional novillada picada. Seis novillos de El Parralejo se lidiaban para los jóvenes Javier Marín, Jesús Enrique Colombo y Toñete. A las ocho en punto arrancaba el paseíllo.
«Laminado” llevaba por nombre el primer novillo de El Parralejo, con 432 kilos de peso, un animal que le correspondió en suerte a Javier Marín. De rodillas lo recibió el navarro a la verónica para erguirse posteriormente y torear por ese palo para dejar una buena media. Juan Manuel Sangüesa fue el encargado de llevar a cabo el primer tercio de varas, guardando la puerta Israel de Pedro. Por chicuelinas fue el quite de Jesús Enrique Colombo. Pablo Simó ncolo coó con facilidad un primer par de banderillas. Javier Gómez Pascual, tercero de la cuadrilla, dejó el segundo par y muy buen capotazo dejó Juan Carlos Ruiz en la lidia. De rodillas comenzó su faena, intentando evitar el defecto que tenía el animal al puntear en el embroque. Perdiéndole pasos fue la labor de Marín, que le robó dos tandas a diestras de calado. Con menos calidad al natural el de El Parralejo, aprovechó sutilmente y con templanza las pocas virtudes que tenía el novillo por ese lado. Tras las manoletinas finales, en la suerte contraria metió media estocada tendida pero en muy buen sitio que fue suficiente para que el novillo cayese. Oreja muy generosa.
Jesús Enrique Colombo recibió al segundo de la tarde con buenos lances a la verónica y un desdén de buen gusto. Suelto salió en el caballo de Gustavo Martos, que se encargó del tercio de varas del animal. Juan José «Perucha” se encargó de la lidia del animal, banderilleando el propio novillero venezolano, domeñando con facilidad ante un Marco Galán siempre preparado para hacer el quite tras la salida del par. Excesivamente apagado se encontró el de El Parralejo en el inicio muleteril de Colombo tras brindar al respetable. Bueno fue su toreo por la mano derecha, con el mentón hincado en el pecho y la tez relajada, al igual que los hombros, siempre con la mano baja. Pero la poca fuerza y casta del animal impidió el triunfo tras echarse el animal, siendo apuntillado. No tuvo opciones el venezolano.
Nacido en noviembre de 2013 era el bonito tercero, de 483 kilos con una seria presencia. Dejó algunos lances a la verónica Toñete. Al relance se lo encontró en el caballo Vicente González, que administró el primer encuentro con el caballo. Carlos Pérez guardaba la puerta. «Cantaor” hizo una pelea brava en el peto de González. En muy buen sitio fue el segundo puyazo. El capote de Miguel Martín destacó en la lidia, entrando en primer lugar en banderillas Raúl Adrada y en segundo el tercero Raúl Gómez «El Pela”. Justos y buenos capotazos de Martín y facilidad en los pares de Adrada. Al público fue el brindis. Justo de fuerza y poder era el animal, al que le planteó buena colocación Catalán por ambos lados. Le tuvo que perder pasos en ocasiones para no ahogar al novillo. Torería tuvieron los últimos compases del trasteo muleteril, matando de suerte contraria y pinchando en el primer encuentro con el acero. Tampoco en las dos siguientes, matando a la tercera.
«Espléndido”, de 490 kilos, se llamaba el cuarto de la tarde, segundo del lote de Javier Marín. Galleando llevó el novillo al piquero, administrando el primer puyazo Israel de Pedro, que debió rectificar. Comprometido fue el quite con el capote a la espalda de Marín. Colocó con facilidad el primer par Juan Carlos Ruiz, entrando en segundo lugar Javier Gómez Pascual y lidiando al animal Pablo Simón. En el centro el ruedo fue el comienzo muleteril de Marín tras brindar a la casa de Misericordia de Pamplona. Faena de inteligencia del navarro, que requirió de esfuerzo para no amontonarse ante la condición del de El Parralejo. Silencio tras dos avisos.
«Pelirrojo” se llamaba el quinto. Rematado, gordo, bien hecho, con 500 kilos de peso. Bueno fue el saludo capotero de Colombo ante la humillación y fijeza del animal de salida. Con fuerza se arrancó el animal al caballo de Andrés Nieto, que se le agarró bien en la vara, quizá la de la tarde. Buen manejo tuvo el novillero en un quite variado. Puso banderillas el propio torero de nuevo con desparpajo. Sobradísimo, por encima siempre del novillo, estuvo el venezolano. Aprovechó el viaje del animal para templarse por ambas manos y gustarse especialmente a diestras. Sensación de novillero cuajado la de Colombo en Pamplona, que le planteó el toreo templadísimo también al natural, exigiéndole a un animal al que no le sobraban las fuerzas y pasándoselo cerca en todo momento. Torero para tenerlo en cuenta en todas las ferias. A pocos centímetros de la cara le pasó el pitón en una fortísima voltereta de la que afortunadamente se repuso. Las bernadinas finales pusieron de pie al respetable, especialmente en una espeluznante. Espada en mano, dejó Colombo un estoconazo que tiró al novillo sin puntilla. Dos orejones.
Detalles capoteros dejó Toñete en el saludo al cierraplaza. Trastabillado salió tras el encuentro con el jaco que montaba Carlos Pérez en el sexto y último tercio de varas de la tarde. Bien anduvo andándole hacia atrás Raúl Adrada ante un fácil primer par de Miguel Martín. El Pela dejó en un segundo lugar otro efectivo par. Actitud tuvo el novillero por ambas manos frente al animal, dejando buenos naturales el joven. De nuevo el fallo a espadas le impidió el premio.
Ficha del Festejo
Plaza de toros de Pamplona. Primera de la feria del Toro. Novillada con picadores. Dos tercios de entrada. Seis novillos de El Parralejo. Javier Marín, oreja y silencio tras dos avisos. Jesús Enrique Colombo, silencio y dos orejas. Toñete, silencio y silencio tras aviso.