Redacción: Marco A. Hierro – Cultoro.com – Web Aliada – Foto: Luis Sánchez Olmedo
Una colección de mulos sin contenido de tres hierros distintos emplomaron la tarde en que el que decidió embestir fue Juan Leal; Fortes dejó pinceladas empañadas por el mortecino encierro.
Madrid – España. Una colección de mulos, anodina y sin gracia, vacía de fondos, ayuna de andamiajes que apuntalasen los escasos visos de calidad que alguno de los animalejos apuntó en el ruedo. Así fue el encierro de ocho toros y cuatro hierros distintos que protagonizó sin rubor la décimo tercera de San Isidro y que evidenció tanta escasez de raza que algún parroquiano de mi tendido se acordó con tino de la mula Francis. Pero Francis, al menos, hablaba….
Hablaba y se hizo célebre sacando de entuertos varios a su partner del celuloide, un actor de nombre Donald O’Connor que hizo seis películas con ella y a la séptima decidió no anunciarse en el cartel porque la mula lo eclipsaba todo. Bien traído, por tanto, el recuerdo equino por parte del correligionario, aunque supongo que de esto que cuento el hombre ya no se acuerda. Como será difícil recordar las virtudes de un festejo tan plomizo que ni cuando ocurrieron cosas meritorias fue capaz de romper. También es cierto que fueron muy pocas.
Porque si alguno de los bovinos que salió esta tarde de chiqueros pudiese hablar como Francis se acordaría tal vez de las pelotas de Juan Leal para hacerle el parón al disparo criminal del tercero, tan vivo entre las telas como mortecino en las retinas de los que miraban. Por eso sólo los que veían se percataron del esfuerzo del francés por someter al negro toro que se le venía por dentro, le apretaba cuando apuntaba a las tablas y le protestaba con violencia cuando lo quería sacar de allí. No hablaba el Valdefresno guasón, pero avisaba en cada viaje a Juan de que tenía que estar muy seguro cuando le quitaba el trapo, porque estaba aún muy vivo para andarse con ternuras. Seguro, concienciado de que era su única tarde, valeroso y capaz para decir su tauromaquia. Y pitado por un tendido aburrido de mulas al recoger su ovación porque pensaban aún en que Francis al menos hablaba.
Los demás del encierro, ni eso tuvieron. Porque le hubiera servido al valor espartano de Fortes un segundo de noble condición si hubiera tenido algo de gracia y fondo para rascar, pero sólo sacó mansedumbre aplomada y anodina que menguaba sobremanera la capacidad del malagueño. Sólo un inicio en los medios, con el cartucho del pescao y la montera puesta. Sólo un par de muletazos compuestos al quinto, con una ruina muy grande de raza sobre los lomos. Muy escaso el bagaje de Saúl, que es mucho más torero de lo que indican sus dos fichas, pero es que su lote de hoy… ni siquiera como la Francis.
En eso, en lo que indica la ficha, se quedó un Daniel Luque necesitado de golpes que se va de su única tarde como indica la reseña. Y eso que enfrentó al único Núñez entre la pléyade de Atanasios a los que va mermando cada año la preocupante consanguinidad. Ese colorao de Carriquiri, manso para no desentonar en el cartel, quiso al menos tomarla por abajo, pero no se entendió con un Daniel al revés.
Y así, uno por uno, fueron cumpliendo el guión que nadie tenía los ocho toros que saltaron al ruedo, los cuatro hierros que lidiaron hoy y la paciencia de un tendido que cada vez tolera peor las tardes que se vienen muertas. Porque pide toros, y no mulas. Y, puestos a ceder, Francis al menos hablaba.
Ficha del Festejo
Plaza de toros de Las Ventas. Decimotercera de la Feria de San Isidro. Corrida de toros. 14.859 espectadores. Cuatro toros de Valdefresno, dos de Fraile Mazas (quinto y sexto), un sobrero de Adelaida Rodríguez (cuarto), y otro de Carriquiri, (cuarto bis). Justos de presencia, desiguales de tipo y hechura y parejos en la falta de raza. Devuelto el primero por inválido; feble y sin vida el primero bis; apagado y mortecino el noble segundo; manso con disparo el rajado tercero; devuelto el cuarto por inválido; manso con voluntad de seguir la tela el cuarto bis; anodino y vacío el quinto; aplomado y anodino el manso sexto. Daniel Luque (grana y oro): silencio y silencio tras aviso. Saúl Jiménez Fortes (celeste y azabache): palmas tras aviso y silencio. Juan Leal (corinto y oro): ovación tras aviso y silencio.